Descubre cuáles son las 5 grandes heridas emocionales y cómo están afectando tu presente

¿Sabías que todo lo que habita en ti (bueno o malo), es una construcción de experiencias que se inició desde que estabas en el vientre materno? Sí, tu subconsciente es un excelente archivador de información que recopila todo lo que has vivido dentro tu entorno; y eso incluye las culturas de los lugares donde has vivido, las creencias de tu familia, las formas de ser de tus amigos, las reglas de las instituciones educativas en las que estudiaste; en resumen, todo lo que has vivido en el transcurso de tu vida está guardado allí (incluidas las heridas).

Según la Psicología, todas las personas durante los 7 primeros años de vida, de alguna u otra forma vivimos experiencias tristes y dolorosas en las que formamos heridas emocionales y creencias limitantes. Estas nos hacen vulnerables e incluso nos impiden avanzar con libertad y entereza hacia nuestros sueños.

Así que no hay manera de que hayas salido ilesa de esa primera etapa de tu vida; y por esta razón, quiero invitarte a que sueltes las armas (mecanismos de defensa) y por un momento te permitas ser compasiva contigo misma. Solo así te darás la oportunidad de aceptar con amor, cuál o cuáles son las heridas que necesitas sanar.

“Si las creencias que tienes almacenadas en tu mente subconsciente fueran expansivas, tu éxito personal se daría de forma natural y sin esfuerzo”

– PhD. Bruce Lipton

Las 5 heridas emocionales de la infancia

Las heridas emocionales son como lesiones mentales que persisten durante tu adultez; haciendo que desarrolles ciertas conductas para “sobrevivir” y evitar a toda costa eso que nunca te ha dejado de doler y que en la mayoría de los casos ni siquiera sabes que existe. Su huella es tan profunda que incluso puede hacer que te sientas incapacitada para afrontar los retos de tu vida diaria. 

Veamos a continuación las 5 heridas principales:

Primer herida: El miedo a ser traicionada

Surge en la mayoría de casos debido a los padres. Sea porque incumplieron promesas que te hicieron, no te protegieron, te mintieron o no estuvieron en un momento en el que sentiste que los necesitabas mucho.

Si experimentaste alguna de estas situaciones en tu infancia, el vacío o desesperanza que sentiste construyó en ti una personalidad fuerte, posesiva, desconfiada y controladora.

Segunda herida: El miedo a la humillación

Si de niña recibiste en algún momento frases negativas como “no eres buena en esto”, “que torpe eres”, “nunca lo haces bien” entre otras, que de alguna forma desaprobaban o criticaban tus capacidades, entonces destruyeron por completo tu autoestima infantil.

Con los años esto te convirtió en una mujer dependiente emocionalmente, sintiéndote más pequeña, menos importante y menos digna.

Tercer herida: El miedo al rechazo

Esta es una de las heridas más profundas, y se presenta debido a momentos en los que experimentaste falta de aceptación o rechazo por parte de tus padres.

Ese rechazo sembró en ti la semilla del autodesprecio, haciéndote creer que no eres diga de amar ni de ser amada.

Cuarta herida: El miedo al abandono

La soledad es tu mayor enemigo si en tu infancia tuviste que experimentar falta de afecto, cuidado, compañía y protección.

En tu adultez, esta herida (que apropósito es una de las más difíciles de sanar), puede llevarte a tener una gran dependencia emocional en tus relaciones de pareja, hijos, amigos o con las personas que consideres importantes en tu vida.

Quinta herida: El miedo a ser tratada injustamente

Si tus padres fueron poco afectivos, autoritarios y no te brindaron el apoyo que necesitabas para un sano desarrollo emocional; muy seguramente esta herida está afectando la imagen que tienes de ti misma y la forma como te relacionas con los demás.

Este miedo lo experimentas en la adultez como rigidez e incapacidad de negociar ni de mantener diálogos con opiniones diversas. Falta de autoestima, necesidad de perfeccionismo, intolerancia y desconfianza hacia los demás. 

las 5 grandes heridas

Ahora que acabas de leer y conocer un poco sobre estas 5 heridas, es probable que te estés preguntando, “¿puede pasar que sienta que todas me aplican?” y la respuesta es ; según tus experiencias vividas y condiciones socioculturales, puedes estar batallando (ahora en tu adultez) con una sola o con todas al mismo tiempo.  

Heridas físicas y emocionales

¿Has notado que cuando tienes una herida física, si la limpias, la cuidas para que no se infecte y la ayudas a cicatrizar, ésta sana mucho más rápido sin mayores huellas? Pero ¿Si no te tomas el tiempo para cuidarla, se infecta, duele más, termina demorándose muchísimo más en sanar y te deja marcas?

Eso mismo pasa con nuestras heridas emocionales, requieren aceptación, cuidado y tiempo para que puedan sanar; de lo contrario ellas permanecerán durante toda tu vida y te llevarán a autosabotearte en medidas que ni tu misma alcanzas a imaginarte. 

Toma acciones de cambio

Es momento entonces de dar el primer paso, reconocer que tienes heridas, identificarlas, ver que tanto están afectando tu presente, y por último, aceptar lo valioso y necesario que es trabajar en ellas para sanarlas. Solo así podrás encontrar la paz y la felicidad que tanto anhelas.

Para esto, te invito a leer “5 tips para sanar tus heridas emocionales”. Allí te donde te doy herramientas super valiosas que te ayudarán a empezar este hermoso camino de la sanación. 

Pero si sientes que deseas empezar este proceso acompañada; me gustaría guiarte hacia una conexión con tu subconsciente, aquel donde has guardado todas esas experiencias dolorosas y creencias limitantes. Esto con el fin de encontrar juntas la forma más efectiva para liberarte de ellas y dejar de sabotear tu presente. 

Con mi curso “Elimina tu autosaboteador” tomarás conciencia del enorme poder que tiene tu mente y podrás transformar aquello que te impiden avanzar, abriendo las puertas hacia un presente mucho más feliz.

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